Ante la gran cantidad de distractores, estímulos e informaciones que recibimos a diario que nos pueden empujar a la negatividad, necesitamos estrategias y hábitos para mantenernos armoniosos, sintonizarnos con la ayuda divina y ser canal para enviar las buenas vibraciones a nuestro mundo.
Imagina que eres este personaje que nos cuenta cómo se mantiene en alta vibración en su día a día:
Me despierto y pongo atención al cuerpo, sensaciones y emociones; aumento así mi nivel de conciencia. Doy gracias por el nuevo amanecer ¡Gracias Padre Celestial por la vida y por un día nuevo para disfrutarlo!
Si recuerdo qué soñé, lo analizo y lo dejo en un espacio de mi mente, como un mensaje que se va aclarando a medida en que avanza el día. Ah, porque mi Ser Superior muchas veces me habla en sueños, a través de imágenes, sensaciones, ideas.
Me ducho y doy gracias a Dios por los elementos, el agua, el fuego que la calienta, el aire que respiro... Le pido a mi ángel de la guarda que bendiga el agua y me depure el aura. Con frecuencia, me baño con sal marina, limón, o esencias de rosa para limpiar el aura y energizarme.
Desayuno y, como cada vez que me alimento, bendigo la comida. Gracias Padre-Madre celestial, bendice estos alimentos y la abundancia que me das cada día. Bendigo la abundancia de todos, en especial para todos los niños del mundo.
Con frecuencia desayuno tomando sol en mi ventana.
Le pongo cristales de cuarzo al agua, mantras, bendiciones.
En la vía a mi trabajo escucho las noticias; me informo con moderación. No veo programas ni películas de violencia, melodrama o terror. Nunca el televisor es lo último del día a lo que le presto atención.
En el intercambio con otros, en la calle, la comunidad o el trabajo me abstengo de quedarme solo en las quejas y las críticas. Cada vez que me entero de injusticias, escasez, inseguridad, corrupción, afirmo mental o verbalmente: bendigo el bien en esta situación. Invoco la justicia y el orden divino. Yo contribuyo al bien, Yo soy una persona honesta y correcta. Hago afirmaciones diariamente: Yo soy la resurrección y la vida de la justicia y limpieza aquí y ahora.
Siempre saludo. Saludo en el ascensor, en las oficinas... digo por favor y gracias a cada persona, en especial a los que me prestan algún servicio.
Escucho con atención a quien me habla de lo que está sufriendo. Procuro terminar esa conversación con una frase de apoyo, optimismo y esperanza. Con frecuencia, hago ho'oponopono por todo lo que me entero: Dios pido perdón por las causas de esta situación que estén en mi subconsciente, me perdono, pido perdón. Invoco la llama violeta del perdón para que sane en mí, y en mi mundo, las causas de lo que sea distinto a la armonía.
En el tráfico, canto varias cosas, en especial mantras. Si me molesto, respiro y digo en mi mente: te perdono, me perdono, ¡Dios perdónanos; mando luz; te amo Dios, gracias! Y vuelvo a cantar.
ME APOYO Y ME NUTRO
-Cuido lo que me digo, en especial frente al espejo.
-Con frecuencia, miro al cielo en la noche, siento la brisa y las estrellas.
-Leo; siempre leo algo que me enseñe y me conecte con la espiritualidad.
TRABAJO
Antes de empezar cada trabajo del día, le pido a los ángeles que me guíen. Digo: dedico esto al bien.
Pongo una alarma en mi celular a media mañana y media tarde. Al sonar, reviso mi respiración, mi postura corporal, emociones y pensamientos. Relajo el rostro, sonrío. Es un recordatorio que me ubica en el presente; me percibo y percibo lo que me rodea, es un ejercicio para estar en el aquí y el ahora y aumentar mi estado de alerta serena y nivel de conciencia.
Al recibir dinero, afirmo: Dios, bendice este dinero que me das; y pienso en las palabras: amor, gratitud y respeto, para limpiar los billetes.
AMOR Y DISFRUTE
Por lo menos una vez al día, saludo a mis familiares y mis amigos, compartimos una carita feliz. Siempre hay motivos para reírnos.
Todas las noches, hago una pequeña oración con mi familia. ¿Qué fue lo que más te gustó del día de hoy? Le pregunto a mi niño. Compartimos el amor y gratitud a Jesús y los ángeles. Virgen María, cúbrenos con tu manto de luz.
MEDITACIÓN
Todos los días medito o me comunico con mi Cristo Interno.
Relajo mi cuerpo antes de dormir, antes de acostarme. Doy gracias por el día vivido, hago un recuento de lo que hice y agradezco. Pido purificación energética, visualizo una luz violeta en espiral que me envuelve para depurar mi aura. Me concentro en el amor en mi corazón, y así entro en meditación, para flotar en la luz de dios.
Por lo menos una vez a la semana medito por mi país, visualizo y siento la alegría y el avance para mi país.
Ya de nuevo en mi cama, pido a mi ángel que envuelva mi cuerpo en una protección de luz divina. Pido que mi alma vuele a un templo de sanación y aprendizaje. Agradezco la confianza en que habrá un amanecer y que despertaré, en mi cuerpo físico en el plano terrestre, o del otro lado de la luz.
Gracias Dios por la vida, por un día, una noche más. Gracias por las personas que amo, por todo lo que me has dado y todo lo que estás por darme.FUENTE: http://www.estampas.com/blogs/ser-espiritual/150514/habitos-para-vibrar-alto