¿Cómo formar el escudo Aúrico?
El ser humano es creador.
Es menester entender que el ser humano como extensión divina que es, puede así mismo crear de una manera consciente objetos, cosas, seres, con las energías que el mismo cosmos provee; es preciso entender que el proceso de generación mediante el cual los seres humanos vienen al nacimiento, es en realidad un proceso creador en el cual se manifiesta la Voluntad Divina en el cuerpo orgánico, pero el hombre no es únicamente creador a nivel orgánico, los niveles mentales son igualmente creadores aun cuando las manifestaciones de este proceso permanezcan invisibles a los ojos humanos.
Llegará el momento en que la humanidad despierte el poder de su tercer ojo y entonces descubrirá el cúmulo de creaciones que ha venido dando lugar su actividad en el mundo. Estas creaciones hasta ahora han pasado inadvertidas para la mayor parte de los seres humanos, sin embargo, constituyen en sí mismas otro reino, un reino en el cual los humanos trabajan y desarrollan actividades pero a niveles inconscientes.
Las creaciones mentales han sido dadas por efectos muchas veces fortuitos, pero otras, gracias a la voluntad de grandes seres entrenados y trabajando específicamente con el Plan Divino. Por otra parte, las creaciones inconscientes de los seres humanos, constituyen los elementos mediante los cuales trabajan los grandes Devas de la creación; así pues, vivimos en medio de un mundo espiritual al cual sólo reconocemos por los escritos y las experiencias ajenas a nosotros.
La tarea que hoy deseamos emprender, es una tarea ante la cual tenemos desventaja: la mayor parte de nosotros carecemos de la facultad de poder observar aquello que estamos creando, sin embargo, es posible de una manera inteligente, prever los resultados de este proceso de creación consciente. En primer término hablamos de la necesidad de construir un escudo protector alrededor del individuo, que le permita aislarse de los miasmas espirituales que circundan a este planeta Tierra. El proceso generativo de este escudo se basará principalmente en la visualización creadora y en el poder del verbo.
Formación del escudo áurico
Punto 1.- Empezaremos explicando la técnica de esta manera:
1.1) Es preciso que el hombre ejercite su mente para poder visualizar claramente los colores. Como un ejercicio práctico formen en su pantalla mental un pizarrón de color blanco, que sea verdaderamente blanco y después vayan cambiando su superficie de color en color hasta cubrir los siete rayos principales. Hagan este ejercicio cuando menos quince minutos diarios y por espacio de trece días. Durante el momento que visualicen el color deberán observar que el color es limpio y brillante, no deberá haber manchas ni tampoco espacios sin colorear, el color deberá ser limpio y brillante. Pues bien, una vez que su mente ha sabido manejar la visualización de colores, podrán entonces pasar a un segundo ejercicio:
1.2) Deberán imaginarse a ustedes mismos que de sus cuerpos emana una energía del color que ustedes desean, observen como su energía puede ser de un elevado, intenso y brillante color azul, posteriormente amarillo, después de color rosa, sigan luego con el color blanco, el color verde, naranja y violeta. Dejen que su aura manifieste de una manera intensa y brillante cada uno de sus colores; visualicen a esa energía que sale de ustedes hasta llegar a una distancia de aproximadamente un metro alrededor de ustedes. Sientan esa energía que proviene de su interior y visualícenla claramente. Una vez que hayan podido hacer esto y que ya les es posible irradiar un determinado color pasarán a un tercer ejercicio:
1.3) Observen cuidadosamente a una burbuja de jabón, a medida que va volando en el aire, no la vean con la mente, háganlo, formen una burbuja y después obsérvenla detenidamente, vean como se mueve, vean como viaja, vean como vibra y como irradia los colores sobre su superficie. Todo esto la harán también por trece días. Cuando hayan completando esta serie de ejercicios, podrán entonces realizar el primer punto al que me he referido y que consiste principalmente en visualizarse dentro de una burbuja de jabón e irradiando al mismo tiempo una energía del color, que ustedes deseen, de acuerdo a las cualidades que buscan. Visualícense dentro de una burbuja y a la vez que van flotando tal como las burbujas lo hacen.
Punto 2.– La imagen de la burbuja con ustedes mismos dentro debe ser verbalizado, debe ser creada con energía etérica proveniente de la palabra, así pues, después de haber hecho un ejercicio de veinticuatro horas de silencio total, haber acumulado suficiente energía etérica para dar lugar a su primer proceso de plasmación, dirán lo siguiente: “yo soy la luz de Dios en la tierra, yo soy una manifestación divina, yo soy las manos de Dios trabajando en la tierra, yo soy la perfección de este mundo, yo soy el portador de la salud y la armonía en los cuerpos físicos”.
Estas deberán de ser sus primeras palabras después de haber permanecido veinticuatro horas de silencio; deberán de ser hechas con toda la fuerza que su alma les permita y no quiero decir con esto que deban elevar la voz, simplemente que pronuncien con voz natural, pero con la firmeza de un alma que desea conscientemente realizar todas esas afirmaciones.
Punto 3.- Llevarán sus manos hacia el pecho, inclinarán su cabeza hacia el suelo y arrodillados en actitud de humildad y oración, llegarán hasta su ser interior y allí darán gracias a Dios y al Universo, por permitirles manifestar la armonía divina dentro de estos planos de la manifestación terrestre. Saldrán entonces de su estado de meditación y buscarán ahora caminar por el mundo manteniendo fija en su mente la imagen de la burbuja y las palabras que pronunciaron con el poder de su verbo divino.
El mejor momento para efectuar el ejercicio
Esto lo harán una vez cada treinta días por espacio de un año, con el objeto de que las energías que acumulen, sean precisamente las que provienen de cada una de las constelaciones del zodíaco. Los momentos apropiados para este ejercicio deberían ser aquellos en los cuales está la luna llena en cada uno de los signos, sin embargo, de no ser posible, busquen tan sólo hacerlo cada vez que entre uno de los signos o bien cuando se encuentre en el máximo de su fuerza a los quince grados. Esto les proporcionará la energía de cada una de las constelaciones y proveerá a su escudo con substancia adecuada para permanecer impermeable a las energías terrestres, pero sumamente permeable a las energías cósmicas.
Con esto damos por teminado el tema del escudo que los hombres deben fabricarse para andar por el mundo convertidos ahora en faros de luz y salud orgánica.
Fuente: Extracto de la salud del hombre. Mensaje del Maestro Josué “Comunicación Cósmica”
AUTOR: Alma de Luna, miembro de la familia de hermandadblanca.org