domingo, 22 de diciembre de 2013

SOMOS MÁS DE LO QUE PENSAMOS...


Yo soy Dios.

Nunca en mi experiencia aquí en el planeta Tierra había tenido la oportunidad de hacer resonar estas palabras una y otra vez, repetirlas día y noche se han convertido en el mantra que abre el camino hacia la libertad de los demonios de la mente.

Muchos de los que hemos tomado el titulo de guerreros de la luz o conductores del despertar de vez en cuando nos confiamos en que estamos despiertos al 100% sin darnos cuenta que en cualquier momento podemos ser víctimas de nuestra mentalidad en cuanto al despertar, el despertar no es solo algo que sucede una vez y listo, estamos despiertos; para nada hermanos después del despertar sigue la batalla de no caer en un sueño más profundo del que estábamos y de esa manera ser presa fácil de el demonio del ego el cual nos dice:! la meta ha sido alcanzada ahora solo descansa amado mío!

Es ahí cuando la pesadilla comienza y si no reaccionamos nos puede llevar a un sueño inclusive más profundo. Es por eso que ¡YO SOY DIOS! Ha sido en antídoto o despertador que me muestra el nivel en cual me encuentro en mi camino de ascensión.

Quizás este mantra haga temblar el ego de muchos de mis hermanos en este mundo, pues considerarse Dios seria una blasfemia a sus más queridas creencias, pero que no aprendemos desde niños que Dios está en todas partes, que su presencia es invisible. Entonces si está en todas partes quiere decir que esta dentro de mí y si Yo soy parte del todo yo soy Dios. De esta manera conectando a la verdadera fuente de todo el propósito de la vida y de la humanidad.

Meditando en Yo soy Dios puedo entender que siempre he estado en control de mi existencia, que no soy un ser vivo que fue creado al azar, si no que al ser Yo Dios tracé el plan de evolución que tendría en esta experiencia sobre el planeta Tierra. Me doy cuenta que al ser Yo Dios no puedo tomarme la libertad de mantenerme solo esperando por un salvador que baje y me lleve de la mano a un nuevo nivel de conciencia, al ser Yo Dios me convierto en un creador continuo de mi progresión a la exaltación.

Si yo soy Dios estoy conectado con todo porque lo soy todo, abriendo mis ojos a la realidad de que todo aquello que hace mi vida “miserable” no es solo más que los grandes maestros que me enseñan a diario el camino hacia mi graduación en esta universidad terrestre. Yo soy Dios continuara sonando en mi mente todo momento, Yo soy Dios no es una alegación de superioridad pero si un grito de libertad.

No mas permitiré creer solamente en la existencia de DIOS, si no que llevare a Dios a casa, lo llevare dentro de mí para que todo momento pueda yo entender que soy parte de un todo…

Con amor Adal

Artículo escrito por Adal Madrigal.

lunes, 2 de diciembre de 2013

¿ÁNGELES O EXTRATERRESTRES?


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SE DICE QUE LOS ÁNGELES SON ENTIDADES SUPERIORES, NO HUMANAS, PURAS Y PERFECTAS, QUE SIRVEN A UN PROPÓSITO SUPERIOR. MÁS CONOCIDOS EN LA RELIGIÓN CRISTIANA POR SUS CONSTANTES APARICIONES EN LA BIBLIA, AQUELLOS SERES SE MUESTRAN COMO MENSAJEROS DE DIOS E INTERVIENEN EN ASUNTOS HUMANOS. SIN EMBARGO, ¿TODOS LO CASOS QUE SE MENCIONAN EN LAS ESCRITURAS CORRESPONDEN A ENTIDADES NO FÍSICAS Y REALMENTE “DIVINAS”?

Los “malach”, o “mensajeros” en hebreo, el lado oculto e incomprensible de Dios, serían en realidad seres inmateriales que no tienen nada que ver con los tripulantes de los ovnis. Es notable que la presencia de ambos, seres angélicos y extraterrestres, se entremezclen en los relatos antiguos en diferentes episodios. Veamos, brevemente, algunos episodios incómodos.

“Me llevaron a un lugar
donde los que están son como fuego abrasador,
y cuando quieren, se aparecen como hombres”.
Libro 1 de Enoch. 17,1

El texto en mención —escrito supuestamente por Enoch, un personaje del Antiguo Testamento— forma parte de las tres copias recuperadas por el famoso explorador James Bruce, cuando en 1773 retornó de su trabajo de seis años en Abysinia. Esta información, misteriosamente, se había perdido luego del denominado Concilio de Laodicea, en el Siglo III. Del “Libro de Enoch” existen dos traducciones al inglés, hechas por R. Lawrence (1821) y por R.H.Charles (1912). En los siguientes años, salieron a la luz diversas partes del texto original en griego, y más tarde, con el descubrimiento de los Rollos del Mar Muerto en Qumran, aparecieron siete copias fragmentarias en texto arameo, que se encuentran actualmente en el Museo del Libro en Jerusalén, confirmando lo dicho en las copias traducidas. Sus desconcertantes afirmaciones, hay que decirlo, ha causado gran controversia entre los eruditos.



Y es que Enoch no sólo describe sus “encuentros cercanos” con aquellos seres venidos del cielo, sino que aporta más luces a un hecho perdido que se menciona en la mismísima Biblia, concretamente en el Capítulo 6 del Génesis: la unión de los “Hijos de Dios” con “Las Hijas de los Hombres”.

En el “Libro de los Vigilantes” de Enoch, se afirma lo siguiente:

“En aquellos días, cuando se multiplicaron los hijos de los hombres, sucedió que les nacieron hijas bellas y hermosas. Las vieron los ángeles, los hijos de los cielos, las desearon y dijeron: Escojámonos de entre los humanos y engendremos hijos.

Semyasa, su jefe, les dijo:

—Temo que no desean que tal acción llegue a ejecutarse y sea yo quien pague por tamaño error.
Le respondieron todos:

—Juremos y comprometámonos, bajo anatema, entre nosotros, a no cambiar esta decisión y a ejecutarla ciertamente.

Entonces juraron todos de consuno y se comprometieron a ello bajo anatema. Eran doscientos lo que bajaron a Ardis, que es la cima del monte Hermón, al que llamaron así porque en él juraron y se comprometieron bajo anatema. Estos eran los nombres de sus jefes: Semyasa, el jefe supremo; Urakiva, Rameel, Kokabiel, Tamiel, Ramiel, Daniel, Ezequiel, Baraquiel, Ásael, Armaros, Batriel, Ananel, Zaquiel, Samsiel, Turiel, Yomiel y Araziel”1

La escena del descenso de los 200 Vigilantes “venidos del cielo” es descrita detalladamente por Enoch. Y este acontecimiento, en contra de la idea general de que sucedió hace unos pocos miles de años, en realidad, ocurrió en tiempos más lejanos. Para tener una idea de este extraño episodio, recordemos de que el Génesis bíblico cita al propio Enoch como un patriarca longevo de una séptima generación después de Adán (Génesis 5:18). Como recordamos, más tarde aparecerán hombres muy notables como Matusalén y Lamec, este último padre del célebre Noe, quien acorde al conocimiento que hemos recibido en la experiencia de contacto, era un superviviente de la discutida Atlántida. Desde luego, el “Diluvio Universal” alude al cataclismo que terminó con la isla de Platón, y que dicho sea de paso muchas culturas del mundo recuerdan vivamente en sus leyendas. Por todo ello, si Enoch pudo describir lo que pasó en el Monte Hermón -lugar enclavado entre la actual Siria, Líbano e Israel-, es porque se trataba de un acontecimiento antiguo: ¿la unión de seres extraterrestres con las hijas de los hombres de Lemuria? ¿Acaso no eran “ángeles” los enviados del cielo?
Independientemente de la existencia real de los ángeles —como seres de luz y enviados de Dios— cosmonautas de otros mundos llegaron a la Tierra y se unieron a la raza humana. Para que ello hubiese sido posible, teníamos que guardar cierta compatibilidad genética. Y sin duda la tenemos con más de una civilización extraterrestre.

No sólo la Biblia y los mal llamados “libros apócrifos”2 mencionan aquella “mezcla” entre seres humanos y visitantes del cielo; diversas culturas del mundo atesoran indiscutibles referencias a “los dioses” que se unieron a las mortales. Por si ello no fuese suficiente —al menos para pensarlo— existen pinturas rupestres, con una antigüedad de miles de años, que recrean aquel capítulo controvertido de nuestra historia. Un ejemplo claro es el arte rupestre que se encontró en 1976 en el desierto de Tasili (Argelia). Cuando la expedición de Rafael Brancas hizo este hallazgo de seguro se llevó una gran sorpresa: un extraño ser humanoide, ataviado con lo que parece ser un casco, lleva a tres mujeres de raza negra hacia un objeto esférico que yace detrás de él. ¿Un hijo del cielo con las hijas de los hombres? Estas uniones, por lo que hemos comprendido en nuestra experiencia de contacto, no formaban parte del plan de visita extraterrestre a nuestro mundo, una “misión” que procura la asistencia y observación permanente de nuestro planeta. Se habría tratado de un error de los seres que tenían como encargo cuidar nuestro mundo.
Como fuese, no es el único episodio que revela la presencia de seres físicos que llegaron del “cielo”. También está el testimonio de sus naves…

Los Carros de Fuego

Sentado junto al río Kebar, en Babilonia, Ezequiel vio a lo lejos un “torbellino” aproximándose; aquel fenómeno misterioso, de pronto, se convirtió en una nube de fuego que luego aterrizó con gran estruendo. El personaje bíblico se encontraba ahora frente a un vehículo deslumbrante que le parecía estar compuesto de ruedas, alas y criaturas vivientes. También llevaba un trono, sobre el cual iba sentada una “silueta de forma humana”. Para Josef F. Blumrich —ex ingeniero de la NASA— Ezequiel estuvo frente a un vehículo concreto y real, y no ante una visión. Si fue así, ¿a quiénes pertenecía aquel vehículo que volaba ante los ojos del profeta?3 Y es que uno de los libros antiguos que tendría mayores referencias a posibles visitas extraterrestres en el pasado es la Biblia.

Arriba: representación de la visión de Ezequiel

A pesar que oficialmente la Iglesia Católica y diversas organizaciones cristianas niegan que los textos bíblicos hagan referencias a encuentros cercanos con visitantes de otros mundos, lo cierto es que las evidencias están allí, lejos de tratarse de una “mala interpretación” de los acontecimientos. Lo preocupante de todo ello es que muchas veces el fanatismo religioso ha tildado al fenómeno ovni como “manifestaciones de demonios”. De hecho, en el proceso de contacto, aprendí que es importante mantener una línea objetiva y equilibrada frente a las experiencias y, más aún, ante las intensas informaciones recibidas. Claro que hay de todo en el Universo; sin embargo, si los seres que nos visitan nos hubiesen querido hacer daño, hace mucho tiempo lo hubiesen hecho, pues llegan a la Tierra antes de que apareciera el ser humano. Sin ir muy lejos, llamar “diabólico” a todo aquello que no entendemos nos coloca en un panorama similar al de la Inquisición — ni qué decir de aquellos que terminaron en la hoguera— y a la tristemente recordada “extirpación de idolatrías”, que tanto daño le hizo a la humanidad al perderse valiosa información de culturas tan impresionantes como los mayas e incas, de quienes se perdieron sus principales códices y quipus. Pienso que la objetividad puede ir de la mano de una mente abierta, si sabemos discernir y al mismo tiempo abrir nuestros ojos al bosque y no sólo al árbol que tenemos al frente.

En todo caso, como una breve, citaré a continuación las referencias más notables que nos ofrece la Biblia sobre visitantes de otros mundos. Saquen sus propias conclusiones.

1. Un objeto volador acompaña al pueblo hebreo, similar a las naves de forma tubular o “nodrizas” que han sido fotografiadas desde los años 50.

“Se levantó el Ángel de Yahvé que marchaba al frente del ejercito de Israel, y se puso detrás de ellos. Se levantó también la columna de nube de delante de ellos y se colocó a la espalda, intercalándose así entre el campamento de los egipcios y el campamento de los israelíes. Era nube y tinieblas (por una parte), y (por la otra) iluminaba la noche, de modo que no pudieron acercarse aquellos a estos en toda la noche” Éxodo14,19-20

2. La destrucción de dos ciudades bíblicas es muy similar a la devastación atómica que sufrió Hiroshima y Nagasaki en la Segunda Guerra Mundial.

“Entonces Yahvé hizo llover sobre Sodoma y Gomorra azufre y fuego que venia de Yahvé, desde el cielo. Y destruyó aquellas ciudades, y toda la llanura con todos los habitantes de las ciudades, hasta las plantas del suelo. Mas la mujer de Lot miró atrás y se convirtió en estatua de sal. Se levantó Abrahan muy de mañana y se fue al lugar donde había estado en pie delante de Yahvé. Miró hacia Sodoma y Gomorra, y hacia toda la región de la llanura, y vio que de aquella tierra subía humo, como el humo de un horno”. Génesis 19,24-28
3. Un vehículo volador lleva a los cielos al profeta Elías.
“Mientras seguían andando y hablando, he aquí que un carro de fuego y caballos de fuego separaron al uno del otro y subió Elías en un torbellino al cielo. Eliseo miraba y clamaba: ¡Padre mío, padre mío, carro de Israel y su caballería! Y no lo vio más”Reyes 2,11-12

4. El profeta Daniel describe a un ser humanoide, cuyas características son muy similares a los modernos encuentros cercanos, donde se ha aprecian trajes “brillantes” en los extraterrestres y detalles metálicos que en algunas ocasiones recuerdan el brillo del oro.

“El día 24 del primer mes, estando yo a la orilla del gran río, el tigres, alcé mis ojos y miré, y vi a un varón vestido de lino blanco y ceñidos los lomos de oro de Ufaz. Su cuerpo era como el crisolito, su rostro parecía un relámpago, sus ojos eran como antorchas de fuego, sus brazos y sus pies tenían el brillo de bronce bruñido y el rumor de sus palabras era parecido al estruendo de un gran gentío”. Daniel 10,4-6

5. Una de las más polémicas: el ovni que guía a los tres reyes magos al lugar de nacimiento de Jesús. Notar que aquella “estrella” se mueve, y luego se detiene sobre el área donde estaba el niño. Un niño más que especial, y que había concitado la atención de los visitantes de las estrellas…
“Cuando hubo nacido Jesús en Belén de Judea, en tiempo del rey Herodes, unos magos del Oriente llegaron a Jerusalén, y preguntaron: ¿Dónde está el rey de los judíos que ha nacido? Porque hemos visto su estrella en el Oriente y venimos a adorarlo”.

“…Con estas palabras del rey, se pusieron en marcha, y he aquí que la estrella, que habían visto en el Oriente, iba delante de ellos, hasta que llegando se detuvo encima del lugar donde estaba el niño. Al ver de nuevo la estrella experimentaron un gozo muy grande”. Mateo 2,1-2,2-104
Desde luego, hay mayores referencias en la Biblia. Y cada una de ellas merece un estudio más profundo. Muchos autores se han hecho eco de estos acontecimientos “extraños” y de otras “anomalías” en nuestra historia antigua que alude a los no-identificados5. Desde luego, en este artículo no procuro —tampoco podría— abarcar toda la documentación existente de “ellos” a lo largo de nuestra historia. Pero al menos sí reflexionar —de algún modo intentarlo— por qué estuvieron aquellos seres en nuestro mundo, siguiendo nuestros pasos, observando todo de cerca, al punto de asistir los momentos más extraordinarios y especiales de nuestro proceso, incluyendo el nacimiento y la vida de Jesús, quien, dicho sea de paso, no era un “extraterrestre”, sino un maravilloso ser humano.

Y debo añadir: los extraterrestres también creen en Dios. En el mismo Dios en el que nosotros creemos.
¿Pueden ser los ángeles de la antigüedad?

Ahora bien, de acuerdo a la enseñanza religiosa tradicional, los ángeles son sustancias completas e inteligentes, dotados de alguna virtud o poder. Una declaración del IV Concilio de Letrán sostiene: “Firmemente creemos y simplemente confesamos, que por su omnipotente virtud, Dios creó de la nada a una y otra criatura: la espiritual y corporal; es decir la angélica y la humana”. Y de hecho es así. Mas hay una diferencia importante entre ángeles y extraterrestres. En contraparte, los extraterrestres, al igual que los seres humanos, no fueron creados “perfectos” como los ángeles, sino que a lo largo de un camino de evolución pueden alcanzar esa perfección. Los ángeles existen como mensajeros de Dios —aquella fuerza creadora de lo visible e invisible— siendo sus portavoces en este Universo de la materia. En otras palabras, los ángeles no pertenecen a nuestra realidad física, sino a un plano superior, en cambio los seres extraterrestres se mueven en una realidad física y material, independiente del tiempo del que provengan. El problema es que cosmonautas de otros mundos fueron confundidos —y me imagino que muchas veces— como “dioses” o “ángeles”. Esta afirmación puede resultar chocante. Sin embargo, desde 1994, monseñor Corrado Balducci, un importante prelado del Vaticano y amigo personal del Papa Juan Pablo II, demolió el escepticismo religioso al sustentar que los ángeles en carros de fuego que se mencionan en la Biblia podrían ser los ovnis que en la actualidad nos visitan. Monseñor Balducci, fallecido en Roma en septiembre de 2008, fue uno de los más importantes teólogos de la Iglesia Católica —al punto de haber formado parte de la Comisión para revelar el Tercer Secreto de Fátima—. Incluso afirmó en su momento la existencia de un comité del Vaticano que estudia los encuentros con extraterrestres. Así como se lee… En sus recordadas entrevistas televisivas, el prelado manifiesta a boca de jarro de que los encuentros entre extraterrestres y seres humanos no son ni diabólicos ni consecuencia de alucinaciones, y por tanto deben estudiarse con rigor y seriedad. La repercusión de estas declaraciones —en la RAI italiana, la televisión más católica y una de las más conservadoras—, dio la vuelta al mundo. Debido a ello el propio Balducci fue ponente en numerosos Congresos sobre el fenómeno ovni —y siempre con sotana—. Aunque Balducci no es el primero en sugerir que cosmonautas de otros mundos fueron confundidos con ángeles en el pasado, su aporte ha sido contundente por haber sido una autoridad respetada en el Vaticano. Su análisis, simple y lógico, rompió estructuras mentales: una cosa son seres inmateriales como mensajeros de Dios, y otra cosa seres físicos que utilizan vehículos para desplazarse. A esta línea de pensamiento se ha sumado recientemente el Director del Observatorio Vaticano, José Gabriel Funes, al sostener que la vida inteligente extraterrestre no cuestiona el dogma de fe y que “esos seres también serían hijos de Dios”. El propio Funes reconoce intrínsicamente que una cosa son los ángeles y otra seres físicos procedentes de otros mundos.

Dudo de que los ángeles necesiten de vehículos o tecnología para llegar a la Tierra y ejecutar sus misiones divinas. He allí el primer contraste con las apariciones de los ovnis y aquellas formas humanas que salían de ellos en la prehistoria. Por otro lado, también resulta desconcertante cómo los ángeles toman corporeidad, al punto de comer —como ocurrió con la familia de Lot en el episodio de Sodoma y Gomorra— y hasta protagonizar una pelea “cuerpo a cuerpo” con Jacob. Más allá de los símbolos, podríamos hallarnos ante hechos reales perdidos en aquel tiempo, más humanos que divinos, como la unión de los hijos de Dios con las hijas de los hombres que vimos anteriormente. ¿Los ángeles engendran hijos? Al parecer —creo yo— los ángeles no se involucrarían en esas cosas.

Los ángeles —miríadas de ellos según la Biblia— están constituidos en jerarquías espirituales, entre ellas se mencionan los tronos, dominaciones y potestades; luego siguen los serafines y querubines, y finalmente los arcángeles y los ángeles. Según Santo Tomás, autor de la documentada Suma Teológica, los ángeles son espíritus puros, que no están viviendo en el mundo material como el ser humano. Ni como los extraterrestres. Si estudiamos detenidamente las extrañas apariciones de la Biblia y otros textos sagrados, comprenderemos que nos hallamos en realidad ante visitantes físicos —no ángeles etéreos—, de aspecto humano, que llegan en vehículos voladores e imparten conocimientos a los hombres.



La presencia extraterrestre —hay que subrayarlo— no cuestiona las “funciones” de los ángeles o la propia existencia de Dios. Sin duda, los extraterrestres son también mensajeros, cumpliendo otro rol en medio de las jerarquías que sirven a Dios. Y aquí debo añadir que la existencia de vida en otros mundos, lejos de cuestionar la fe humana, engrandece la creación y la propia voluntad divina de que tengamos hermanos mayores en otras regiones del cosmos.
Ya lo dijo Jesús: “En la casa de mi padre, muchas moradas hay…”

Nota: este artículo es una adaptación del libro “Nuestros Lazos Extraterrestres”, de Ricardo González.

1. “Apócrifos del Antiguo Testamento”. Tomo IV. Ediciones Cristiandad, Madrid, 1984.

2. Se le llama “apócrifo” a los textos que no se han declarado como canónicos; es decir, que no forman parte del catálogo de libros sagrados admitidos por la Iglesia Católica. El criterio que ha empleado la Iglesia para “decidir” que libro es canónico y cuál no, no deja de ser discutido. Diversos estudiosos concluyen que en los primeros tiempos de la Iglesia se “temió” el contenido de aquellos libros porque podían cambiar radicalmente el dogma enseñado por el catolicismo. Y había razones para temer, pues además de las referencias a “seres del cielo”, se otorga, inclusive, detalles ignorados de la vida de Jesús, desde su natividad, infancia y predicación. Vale la pena leerlos.

3. Josef Blumrich, desde luego, no es un “perico de los palotes”. Además de sus credenciales como ingeniero de la NASA, desempeñó un papel importante en la creación del Skylab y el trasbordador espacial. Por si ello fuera poco, tuvo la rara distinción de que en 1972 se le concediera la medalla de servicios excepcionales de la NASA por su extraordinaria aportación a los proyectos Saturno y Apolo. De ser en un principio un escéptico, publicó más tarde su libro “The Spaceships of Ezekiel” (1973).

4. La Santa Biblia

5. En verdad se ha escrito mucho sobre “astroarqueología”. También, debo decir, se ha dicho de todo, al punto de llamar “extraterrestre” a cualquier enigma. Pero al margen de ello hay textos y teorías de diversos autores que merecen estudiarse, particularmente la obra del filólogo Zecharia Sitchin. En el caso de apariciones extrañas en la Biblia, es interesante la recopilación de datos que llevó a cabo el periodista español J.J. Benítez en su libro “Los Astronautas de Yavé” (Editorial Planeta, 1996).

FUENTE: www.legadocosmico.com

domingo, 1 de diciembre de 2013

AGARTHA Y SU RELACIÓN CON SHAMBALLA

En varias tradiciones religiosas Shambhala es un reino mítico escondido en algún lugar más allá de las montañas nevadas del Himalaya. 

La localización de Shambhala y su naturaleza son objeto de disputa. Mientras algunas tradiciones afirman que existe realmente, otros afirman que es un lugar intangible al que sólo se puede llegar a través de la mente. 

Agartha y su relación con Shambhala.

Agartha, también denominada Agarthi, Agharta o Agarttha, representa un mundo místico, una ciudad subterránea que el hombre ha intentado descubrir a lo largo de la historia. Su existencia se encuentra sustentada por elementos legítimos y por indicios sólidos; Los cuales, naturalmente han incentivado a numerosos exploradores a dedicar su vida por hallarla.

La historia de Agartha tiene su origen en remotas leyendas orientales; Distintas religiones la mencionan, como la Brahamánica en el libro “El rey del Mundo” (1927) en donde el esoterista francés René Guénon explica que en las culturas antiguas los relatos de una tierra santa son comunes y coincidentes, dándole distintas ubicaciones, englobando casi a todas las ciudades místicas conocidas, como Shambhala, Avalón, Ogigia, Thule, el Olimpo, y otras.

Según éstas teorías, existiría un reino comunicado por rutas subterráneas que se extienden por todo el mundo, dándole de ésta manera significado al soberano que las gobierna: “El Rey del mundo”. En la literatura se la suele relacionar con el fenómeno OVNI, particularmente con la teoría de la vida intraterrena, la cual sostiene la existencia aun en la actualidad de seres extraterrestres que viven en las profundidades de la tierra y que utilizan éstas cuevas subterráneas como bases, desde las cuales pueden llevar a cabo todo tipo de experimentos y actividades que el hombre conoce como paranormales.

El reino de Agartha, estaría conformado por continentes, al igual que en la tierra extra-terrena y su corazón o ciudad principal sería Shambhala, una ciudad que muchos creen, se encuentra debajo del Desierto de Gobi y de la cual dependerían subreinos con cientos de miles de habitantes cada uno.


Los portales de Agartha.

La creencia indica que existen numerosos portales secretos que conducen a éste increíble lugar, algunos de ellos ocultos en las profundidades del océano, otros tan inaccesibles como el de los polos norte y sur. En la impenetrable selva amazónica o hasta en las cataratas del Iguazú. 

Una lista no extensiva podría ser: Desierto del Gobi, Mongolia - Siberia - Sur de la Cuchilla Grande, (Mansavillagra, Manga, Puntas de Manga) Uruguay - Polo Norte - Polo Sur - Mammoth Cave - Kentucky, EUA - Manaus, Brasil - Mato Grosso, Brasil - Cataratas del Iguazú, Argentina/Brasil - Monte Epomeo, Italia - Esfinge de Giza - Cueva de los Tayos, Ecuador - y la Gruta de la Paz, (o de Rumichaca) Ecuador.
 

Se dice que el nombre sánscrito “Shambhala” significa “lugar de la paz, de la tranquilidad”, denominación apropiada para la labor de sembrar la semilla de la luz en la Tierra. Nos encontramos frente a la ciudad matriz del mundo subterráneo de Agharta, un lugar que aún hoy en día es recordado por los Lamas y sabios de Oriente. 

Los Maestros de origen celeste que fundaron Shambhala para polarizar la pugna de fuerzas en el mundo, han extendido su radio de acción no sólo en el desierto de Gobi o los Himalayas, sino también en América del Sur, donde se halla un verdadero laberinto de túneles que conduce a fantásticas ciudades intraterrenas. 

Aunque suene increíble, aquellos seres de luz constituyen la denominada Hermandad Blanca o Gobierno Interno Positivo del planeta.

La Hermandad Blanca, a lo largo de la historia, ha venido inspirando a diversos hombres y mujeres de todas las latitudes del mundo, quienes lograron escuchar el “llamado” para encender su propia antorcha interior. 

¿Con qué propósito?

Cual faro luminoso que guía las embarcaciones, el llamado de los Maestros estimula al caminante a descubrir su real “sentido” y “misión”, que aunque yace silente en algún lugar de nuestro interior, es sensible a esa activación si estamos prestos no sólo a escucharla, sino a asumirla, por cuanto requiere un compromiso para con la humanidad. 
En Shambhala es donde la Voluntad de Dios es conocida, donde el Propósito de la Creación se manifiesta, es allí el Reino de los Inmortales, donde se discierne el Gran Plan de Evolución Planetaria, donde la Luz , el Amor y el Poder se expresan. Este excelso Emplazamiento Físico y Espiritual es el encargado de recibir las Grandes Corrientes Energéticas del Universo, actuando como un catalizador de las mismas, para así distribuirlas posteriormente a todos los Reinos de la Naturaleza. 
Shambhala no es una Utopía, es una Realidad Viviente que se entrefunde y compenetra todo lo que existe. Todo es conocido por los Grandes Maestros de Shambhala, cada Idea, cada Pensamiento, cada Emoción, cada Acción.
Ellos son permanentes generadores de Corrientes de Ideas y Pensamientos alineadas a los más altos fines y enfocados en la Evolución Humano-Planetaria.

lunes, 4 de noviembre de 2013

LO QUE NO VEMOS Y LO QUE HEMOS OLVIDADO

Nuestro universo (aún a riesgo de que la palabra “nuestro” suene demasiado pretenciosa) es un impresionante, bello y desconocido espacio inconmensurable e infinito. Y al decir, infinito, quiero decir que ni aún yendo hacia arriba, abajo, hacia la derecha o hacia la izquierda, encontraremos un límite.


Alberga miles de millones de estrellas, galaxias, planetas, asteroides, agujeros negros, supernovas… Un sinfín de creaciones de múltiples colores y formas. Si navegáramos por la Vía Láctea, hallaríamos doscientos mil millones de estrellas. Para el ojo humano esto resulta gigantesco, inabarcable. Dimensiones y distancias que se manejan con un parámetro más elevado, con una conciencia superior.

Nuestro Sol, el líder que ilumina a todos los planetas del sistema que danzan a su alrededor, en un juego exacto, se encuentra en la Vía Láctea. A nuestros ojos, el astro rey es un inmenso foco de energía, luz y calor; pero no es más que una estrella pequeña. Hay estrellas cientos y miles de veces más grandes. Si hago esta comparación, es para hacer elástica nuestra imaginación y conciencia, abandonando la visión limitada.

Pequeño o grande, el Sol es la fuente de la vida en Gaia, el planeta que llamamos Tierra (a pesar de que más de la tercera parte esté compuesto por agua), cuyo nombre se remonta a la mitología griega. Los antiguos griegos llamaban Gea o Gaya a la Tierra, considerada como la diosa Madre o la Gran Diosa, la base de la vida tal y como la conocemos en la tercera dimensión.

El sistema solar cuenta con los planetas Mercurio, Venus, Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno, y hasta hace pocos años también Plutón, todos con nombres de dioses romanos, recuérdalo. Y dicho sistema pertenece sólo a una galaxia. Hay muchísimas más, incluso hay colisiones de galaxias enteras. Tenemos que saber, sólo para situarnos, que hay 10,000,000,000 de galaxias como la nuestra (es necesario masticar lentamente estas cifras ya que no podemos ni imaginar tanto espacio ni tanta creación).

Todo está moviéndose. Todo tiene sus ciclos. Hay choques de meteoritos, hay nacimientos y muertes de estrellas; en el universo pasan muchas cosas que ignoramos y los astrónomos hacen lo que pueden por averiguar. Estos científicos han descubierto que existen otras constelaciones y planetas a 20, 30 o 100 millones de años luz de distancia. Hasta el año 2007 se habían descubierto 270 planetas extrasolares, casi todos de mayor tamaño que Júpiter.
Tomemos un respiro con calma.

El universo, esa inmensidad “allí afuera”, podríamos pensar… Pero, ¿qué sucedería si los seres humanos fuéramos como una célula dentro del cuerpo que no puede ver lo que hay “afuera” (sólo cuando la sangre sale)?, ¿o igual que un pez que no puede salir del agua para ver que existen otros mundos y otras realidades. Un tiburón, por ejemplo, no puede llegar a saber toda la amplia gama de vida que hay fuera de su hábitat. No sabe nada sobre las palmeras, las montañas, los volcanes… En raras ocasiones, hay casos como el cangrejo, la foca, el cocodrilo o el delfín, que pueden pasar de un mundo al otro, conocer lo terrenal y lo acuático, pasar casi de una dimensión a otra. Así y todo, un cangrejo nunca conocerá por sus propios medios el Aconcagua, el Everest, la Acrópolis o las pirámides de Egipto.

A nosotros nos puede pasar igual que al cangrejo respecto al universo y a otras formas de vida. Ya que, entre los seres humanos, a lo largo de una dilatada historia (mucho más amplia en el tiempo que el que nos han impuesto y hecho creer), hubo personas como los cangrejos, focas o cocodrilos, que han podido tener “vislumbres” de otras realidades; que han podido estar en un elemento y en otro, lo que para nosotros sería pasar de la tercera dimensión a dimensiones superiores. Estos “hombres cangrejo” pudieron asomar su conciencia a realidades diferentes y ver sólo algunas “palmeras” de la playa cercana. Fueron sabios, profetas, videntes.

Por citar unos pocos, Demócrito, el sabio griego, afirmó con razón que la Vía Láctea se trataba de una gran colección de estrellas, tan distantes que se habían fundido entre ellas. Y que nuestra inmensa galaxia no es más que una isla entre las miles y miles de galaxias (o islas) del universo.

En 1543, Nicolás Copérnico dio a conocer un estudio llamado De revolutionibus orbium coelestium, en el que exponía la teoría heliocéntrica tomada del astrónomo griego Aristarco de Samos (siglo III a.C). Sólo se decidió a publicarlo en su lecho de muerte para evitar la ira de la iglesia, pues el estudio afirmaba que los planetas giraban alrededor del Sol.

Los mayas previeron un gran cambio para el 2012 (contando siempre a partir de Jesús, no olvidemos que antes hubo miles de años de vida que normalmente no contamos, o no nos dejaron contar).

Nostradamus escribió más de un millar de profecías que se cumplieron. Por mencionar sólo unas pocas: el derrumbe de las Torres Gemelas; la aparición de “Hister” (errando sólo en una letra al apellido del líder nazi); las plagas y guerras que han sucedido en oriente medio, la caída de reyes; incluso menciona que en estos tiempos habría “arañas en el cielo”. ¿Se referiría a los constantes vuelos de aviones militares —los llamados chemtralis— que dejan residuos químicos a modo de telaraña en el cielo? Estos químicos nocivos esparcidos diariamente a la luz del día en las grandes capitales (en todas menos en China) tienen el fin de alterar el ánimo, influir en la psiquis, impedir a la población el contacto con el Sol y debilitar las defensas inmunológicas de la gente. Los aviones que realizan esto cuentan con el aval de la NOOA (National Oceanic and Atmospheric Administration), de Estados Unidos.

Diariamente puedes ver los trazos y estelas blancas si miras el cielo, o ver los videos
en youtube.

Y así, la lista de gente con la mirada elevada que predijo cosas es amplia… Edgar Cayce, Helena Blavatsky, Galileo Galilei, Newton, Sócrates, Cristóbal Colón y tantos anónimos visionarios desconocidos. Ellos fueron pioneros, descubrieron cosas que después se constataron. 

Más cerca de nosotros, Rupert Sheldrake descubrió y popularizó la teoría de los campos morfogenéticos que puede sintetizarse así: cuando a un porcentaje de la población le entra una misma vibración o idea al inconsciente colectivo, la especie capta la misma sintonía y evoluciona.

El doctor Masaru Emoto descubrió las diferencias que las emociones humanas y las vibraciones generan en el agua y en los líquidos del cuerpo físico. 

Y Carl Sagan, el astrofísico, que nos deslumbró con sus nuevas formas de ver el 
universo.

Incluso hubo otros como Buda, Zarathustra, Jesús, Mahoma o Abraham que hablaron en un lenguaje simbólico que no fue del todo comprendido, incluso, en la mayoría de los casos, fue tergiversado y malinterpretado.

Como salían del común de la masa crítica, se les llamó locos, se les quemó, se les envenenó y asesinó, ignorando el auténtico mensaje que expresaban entre líneas para despertar las conciencias. Pero eran seres con una alta capacidad para comunicarse con el universo y con las diferentes formas de vida que hay en él y no podemos ver.
Por ejemplo, si a Napoleón o a cualquier rey de la antigüedad, en su época, alguien le hubiera dicho que se podía grabar y escuchar música en un disco; o que los seres humanos se podrían enviar mensajes y comunicar mediante una computadora o un aparato llamado teléfono, su respuesta hubiera sido decapitar a quien se lo dijera y tomarlo por loco.
Los sabios y los profetas fueron silenciados. Luego comenzaron a circular mentiras como si fueran verdades absolutas. Hay muchos ejemplos de las mentiras más evidentes; en la actualidad los vemos como ejemplos tontos, pero en su tiempo fueron casi una ley: “El Sol y los planetas giran alrededor de la Tierra, no al revés”; “La Tierra es plana y la sostienen dos elefantes y tres tortugas”; “El sexo es pecado y es la tentación del diablo”; “Los judíos y los negros son inferiores”; “Eva sale de una costilla de Adán”, etcétera. Podemos pensar: “eso ya no existe, es de siglos pasados”. Pero no.

Lo grave es que las mentiras se fueron perfeccionando y se hicieron más sofisticadas a medida que la masa global de la humanidad fue evolucionando. Y muchas que circulan hoy día de manera sutil fueron tomadas peligrosamente como verdades. Una de ellas es creer que en este universo tan vasto y amplio la única forma de vida que existe es la terrestre. ¡Cuánto espacio desperdiciado entonces! Esto se afirma a pesar de tener pruebas de vida de seres de otras dimensiones, sobre todo en el Área 51 de Estados Unidos, la famosa base militar que figura en documentos oficiales de la CIA, situada al sur de Nevada, donde según se cree los gobiernos han ocultado pruebas de seres extraterrestres.

Pero hay una cosa cierta: probablemente somos la única forma de vida en la tercera dimensión. Parecemos tiburones que no pueden salir del agua para ver que hay más cosas. Cosas que se ven sólo con otros ojos, cambiando la visión. Y justo este punto es crítico porque el ADN original del ser humano ha sido alterado, manipulado y se le han cerrado las puertas al uso completo de los 64 codones (sólo están 20 activos), como también a las 12 hebras, ya que sólo 2 están activas. Hay muchas cosas de las que nunca nos enteramos por “no tener tiempo” o no investigar.

El Gobierno Secreto y la iglesia, junto al Club Bilderberg, los francmasones y demás organizaciones vinculadas al manejo dogmático de las masas, son los acusados de censurar y vetar información confidencial sobre nuestro verdadero origen divino.

Se han ocultado hallazgos arqueológicos de más de 12,000 años de antigüedad y hay infinidad de medios de aletargamiento existencial: futbol, play station, programas de TV, vidas de famosos, vuelos químicos, alteración del ADN, manipulación económica, chivos expiatorios, guerras encubiertas, información oculta de seres extraterrestres y tecnología para viajar más allá del tiempo, manipulación sexual y moral, alteración climática y un sinfín de falsas creencias que nos han sido impuestas por la fuerza y sin anestesia. Éstas se imprimen en el alma de un ser humano dormido, gracias a lo cual las mentiras se reproducen.

Es hora de despertar.
Todavía no hemos hecho el cambio de visión, sólo el puñado de personas que hemos llamado “iluminados” han expandido su conciencia quitándole todas las fronteras, para sentirse infinitos como el universo.

La Tierra, con un diámetro de 12,756 kilómetros, gira a 30 kilómetros por segundo alrededor del Sol, tiene una antigüedad de 4,600,000,000 de años y está habitada por 6,500,000,000 personas. Al girar en el espacio infinito del universo, va siguiendo determinados ciclos. No nos olvidemos que la palabra “cosmos” significa orden.

Mientras nosotros vivimos enfrascados en insignificantes problemas, no nos damos cuenta pero nuestro planeta se está moviendo. El giro del Sol alrededor de la galaxia es de 230 kilómetros por segundo, mientras que nuestra galaxia se mueve a 600 kilómetros por segundo. Los astrónomos dicen que este universo es un sitio muy activo, cambiante, violento. Los sabios mayas hacían sus cálculos y profecías observando los cielos. Sin embargo, nosotros creemos que todo está fijo, inmóvil. En realidad, no es todo como lo ven los ojos físicos; aparentemente, las estrellas están quietas arriba de nuestras cabezas, pero no es así. ¡Algunas viajan a 500,000,000 de kilómetros por hora! ¡Todo está en movimiento! Vivimos buscando la seguridad en todos los sentidos, pero por ejemplo, la Tierra recibió colisiones de asteroides desde hace miles de años, como el cráter Meteoro en Arizona o los que cayeron en Siberia o en Arabia Saudita. De hecho, Júpiter es un escudo protector debido a su gran tamaño, recibe la mayoría de impactos de los asteroides en su superficie, resguardando a la Tierra. 

En la actualidad, a través de satélites y telescopios como el Hubble, podemos ver fotografías e imágenes de un universo que asombra los ojos físicos y conmueve el alma con tanta belleza y magnificencia. Gracias a la NASA hemos conocido algunos cálculos matemáticos realizados con sofisticados aparatos. Asimismo, nos alegramos de dar unos cuantos pasos en libertad sobre la Luna, pero seguimos peleando por territorios y trozos de tierra en este planeta.

¿Cómo hicieron las civilizaciones antiguas, sin estas tecnologías, para conocer tantas cosas, hoy día comprobables con exactitud; para descubrir los misterios, profecías, cálculos matemáticos, astronómicos y científicos, incluso nuestra posición dentro del cosmos?

Los mayas fueron una civilización con seres humanos iluminados, sabios y científicos. Ellos dijeron que el universo es un ser vivo. Y que de la misma manera que un cuerpo humano tiene su proceso de inhalar y exhalar a través del movimiento de los pulmones, y el sístole y el díastole del corazón, el universo tiene ciclos, que podríamos llamar respiratorios. Predijeron con exactitud matemática muchas cosas, entre otras que estamos a punto de entrar, con nuestra galaxia, en una nueva etapa de luz y armonía, “el día galáctico”, saliendo de la “noche galáctica”, un periodo de más de 5,125 años, en el que hubo problemas, conflictos, guerras y confusión. Es el momento que se suspende momentáneamente una inhalación para dar paso a una exhalación.

Los científicos, en cambio, hablan del Big Bang y del Big Crunch. La expansión del universo y luego su contracción. El Yin y el Yang, la entropía y la entalpía, lo Femenino y lo Masculino.

Los mayas, hace siglos, dejaron importantes conocimientos y profecías, pero la mayoría no ha escuchado este crucial mensaje, mientras que 38,000 códices fueron quemados por la iglesia cristiana, a manos del fraile Diego de Landa. Tampoco se le siguió prestando atención a los egipcios antiguos, a la enseñanza atlante o a los indios de Australia y de América.

La primera profecía maya afirma que llegaría el “tiempo del no-tiempo”, un periodo de 20 años llamados por ellos un katún. Los últimos 20 años de ese gran ciclo solar de 5,125 años van desde 1992 hasta el año 2012. Los mayas profetizaron que aparecerían manchas de viento solar cada vez más intensas. Desde 1992 la humanidad entraría en un último periodo de grandes aprendizajes.

La segunda profecía afirma que el comportamiento de toda la humanidad cambiaría rápidamente luego del eclipse solar del 11 de agosto de 1999; dijeron que ese día se vería como un anillo de fuego recortado contra el cielo; fue un eclipse sin precedentes en la historia, por la alineación en cruz cósmica con el centro de la Tierra. Casi todos los planetas del sistema solar se posicionaron en los cuatro signos del zodiaco, Leo, Tauro, Escorpio y Acuario, coincidiendo con los signos de los cuatro evangelistas de la Biblia, los cuatro custodios del trono que protagonizan el Apocalipsis —del griego Apokálypsis, que significa lo que se revela, mal comprendido al traducirlo como destrucción—. Los mayas predijeron que en 1999 comenzaría una etapa de cambios rápidos necesarios para renovar los procesos ideológicos sociales y humanos. 

La tercera profecía maya dice que una ola de calor aumentaría la temperatura de la Tierra, generando cambios climáticos, geológicos y sociales en una escala sin precedentes, y de una forma vertiginosa. Los mayas dijeron que el aumento de la temperatura se daría por la combinación de varios factores, uno de ellos provocado por el hombre que en su falta de sincronía con la naturaleza sólo puede generar procesos de autodestrucción. Además, otros factores serán producidos por el Sol, que al acelerar su actividad por el aumento de su vibración incrementa la radiación, aumentando la temperatura del planeta. 

La cuarta profecía afirma que el aumento de temperatura causado por la conducta antiecológica del hombre y una mayor actividad del Sol provocaría un derretimiento de hielo en los polos. Si el Sol aumenta sus niveles de actividad por encima de lo normal, habría una mayor producción de viento solar, más erupciones masivas desde la corona del astro, un aumento de la irradiación y en la temperatura del planeta.

Como se registra en el códice Dresden, cada 117 giros de Venus, que aparece en su mismo punto de partida, el Sol sufre fuertes alteraciones, aparecen enormes manchas o erupciones de viento solar. Advirtieron que cada 1,872,000 kines o 5,125 años se producen alteraciones aún mayores. Cuando esto ocurre, el hombre debe estar alerta, es el presagio de cambios y destrucción. (Los científicos actuales prevén las llamadas máximas solares o eyecciones de masa coronal CME, durante 2011 y 2012.)

La quinta profecía maya dice que todos los sistemas basados en el miedo, sobre el que está fundamentada nuestra civilización, se transformarán simultáneamente con el planeta y el hombre, para dar paso a una nueva realidad armónica. El hombre ha pensado equivocadamente que el universo existe sólo para él, que la humanidad es la única expresión de vida inteligente, y por eso actúa como un depredador de todo. 

Los sistemas fallarán para enfrentar al hombre consigo mismo y hacerlo ver la necesidad de reorganizar la sociedad y continuar en el camino de la evolución espiritual que nos llevará a comprender la creación. En estos momentos, prácticamente todas las economías del mundo están en crisis. El hombre deberá entrar al “gran salón de los espejos” para ver su propio rostro.

La sexta profecía maya dice que en los próximos años aparecerá un cometa cuya trayectoria pondrá en peligro la existencia misma del hombre. Los mayas veían a los cometas como agentes de cambio que ponían en movimiento el equilibrio existente para que ciertas estructuras se transformaran permitiendo la evolución de la conciencia colectiva.

La séptima profecía maya nos habla del momento en que el sistema solar, en su giro cíclico, sale de la noche galáctica para entrar al amanecer. Esta profecía vaticina que, en los 13 años que van desde 1999 al 2012, la luz emitida desde el centro de la galaxia sincronizará a todos los seres vivos y les permitirá acceder voluntariamente a una transformación interna que produce nuevas realidades. Menciona que todos los seres humanos tendrán la oportunidad de cambiar y romper sus bloqueos, recibiendo un nuevo sentido, la comunicación a través del pensamiento, los hombres que voluntariamente encuentren su estado de paz interior, elevando su energía vital, llevando su frecuencia de vibración interior del miedo hacia el amor, podrán captar y expresarse a través del pensamiento y con él florecerá el nuevo sentido. 
La energía adicional del rayo es transmitida por el Hunab-Kú, considerado por los mayas como el centro consciente de la galaxia, a unos 28,000 años luz de nuestro sistema solar. Desde dicho centro-conciencia superior se activará el código genético, nuestro ADN, para revelar el origen divino en los hombres y mujeres que estén en una frecuencia de vibración alta. Este sentido interno ampliará la conciencia de todos los seres, generando una nueva realidad individual, colectiva y universal. Una de las trasformaciones más grandes a nivel planetario, pues todos los seres conectados entre sí como una unidad, un todo, darán nacimiento a un nuevo ser en el universo. La reintegración de las conciencias individuales de millones de seres humanos despertará una nueva conciencia en la que todos comprenderíamos que somos parte de un mismo organismo gigantesco.

Los mayas también predijeron que se despertaría la capacidad de leer el pensamiento entre los seres. Esto revolucionaría totalmente la civilización, desaparecerían todos los límites, terminaría la mentira para siempre porque nadie podría ocultar nada, y comenzaría una época de transparencia y de luz que no podrá ser opacada por ninguna violencia o emoción negativa. También anunciaron que desaparecerán las leyes y los controles externos como la policía y el ejército, pues cada ser se haría responsable de sus actos, no habría que implementar ningún derecho o deber por la fuerza. Se implementarían tecnologías para manejar la luz y la energía (como los antiguos atlantes) y con ellas se transformaría la materia, produciendo de manera sencilla todo lo necesario. Por ello, se daría una eliminación del miedo y de las enfermedades, al vibrar con otra energía. Así se prolongaría la vida de los hombres. La nueva era sería un comienzo de vida luminosa y armónica con las leyes del universo.

La humanidad actual, en su estado de homo sapiens, progresó tecnológicamente pero involucionó en su conciencia (aunque lo de “tecnológicamente” es discutible si creemos que los egipcios gobernaban la antigravedad…).

El común de la gente de nuestra civilización ha perdido la conexión que los antiguos tenían con La Fuente, el Origen, el Todo. No se ha comprendido con profundidad la magnitud que tales civilizaciones tuvieron. Creemos que eran bárbaros, paganos, incultos porque adoraban al Sol y a las estrellas…
Ahora nos sentimos solos, aislados. Estamos juntos, conectados, comunicados; pero solos. ¿Nos sentimos solos porque hemos perdido el contacto con La Fuente que los antiguos veneraban? Hemos perdido el contacto consciente con el Sol como un ser vivo, a cambio de querer de él que sólo nos deje la piel bronceada. 

Alejados de nuestro ser interior y del lenguaje de los cielos, estamos viviendo en una especie de intemperie metafísica.
Curiosamente, la etimología de las palabras (de la que se aprenden muchas cosas) nos regala un juego de fonética en castellano con la palabra “soledad”; ya que si le invertimos el orden nos queda “edad del Sol”, que significa ni más ni menos, momento de luz, intimidad, claridad con uno mismo y con todo lo que nos rodea.

Poca gente conoce esa soledad rica, que nutre, que conecta con La Fuente de la vida. 

La física cuántica está haciendo descubrimientos y experimentos respecto a la realidad dependiendo de cómo la veamos.

Es un momento en el que se aproximan grandes cambios.
Hagamos un juego: imaginemos que somos una hormiga y que vemos el proceso del tubo digestivo humano. Ampliando la perspectiva, es como si nosotros viéramos los movimientos de los planetas, las nubes de gas, el nacimiento de nuevas estrellas, el universo alimentándose y desechando materia a través de las supernovas. Nos podemos preguntar, ¿y si estuviésemos dentro de un gran cuerpo vivo y las estrellas del universo fueran lo mismo que las células lo son en nuestro cuerpo? ¿Y si los planetas representaran para el universo lo que son las glándulas endocrinas en nuestro cuerpo? ¿Y si estuviéramos dentro de un gigantesco cuerpo vivo albergando un inmenso potencial, igual que las semillas de mostaza en la parábola de Jesús?

Nuestro mayor valor para descubrir todos los misterios es la conciencia.

De la misma forma que la esencia de una célula de nuestro cuerpo humano es la luz,nuestra conciencia está compuesta de energía luminosa. Es lo único infinito que poseemos. Se ha comprobado científicamente, gracias a la cámara Kirlian, que el miedo hace bajar la luz personal y la energía vital.

Son tiempos de confusión, de miedo, de incertidumbre. Los orientales lo llaman la Era de la Oscuridad, la Era de Kali. No tienes que ir muy lejos para comprobarlo, basta leer los periódicos o ver las noticias, mirar los rostros de la mayoría de las personas.

Vivimos hipnotizados, adoctrinados, dormidos. La visión no está ni hacia arriba, hacia el universo; ni hacia adentro, hacia nosotros mismos. La visión está puesta en la supervivencia, o en el futuro, o en la vanidad, o en la ambición, en la nada… Nuestra visión está nublada. Hemos perdido u olvidado conocimientos importantes.

Ni qué hablar de lo más básico, poca gente sabe, por ejemplo, cosas de su propio cuerpo: ¿cuántas vértebras tiene? ¿Cuántos litros de sangre? ¿Cuántas veces respiramos por minuto? ¿Cuántos espermatozoides salen en una eyaculación? ¿Cómo es nuestro mundo emocional?
Los griegos antiguos, en el templo de Apolo en Delfos, grabaron en la piedra: “Hombre, conócete a ti mismo y conocerás al universo y a los dioses”.

Hay más cosas que las que nuestra razón y entendimiento limitado comprenden. El “Eureka” de Arquímedes no vino por la razón, sino por la intuición, el sentido interno.

Muchas cosas escapan a las limitaciones humanas. Sólo hemos podido tener noticias de dimensiones elevadas por seres que se destacan de la muchedumbre para anunciar nuevos descubrimientos o predecir acontecimientos. Pero se les ha tratado de silenciar por todos los medios. La gente que ha tenido el poder en este planeta, siempre trató de que el hombre mirara hacia el suelo.

La mirada de la hormiga.
Una visión limitada genera personas fáciles de dominar. Sin embargo, cuando alguien desarrollaba la mirada del águila, podía ver, a través de su vuelo más alto, que por la vida había paisajes que los comunes mortales ignoraban. 2012. Éste es el año terrestre en que las profecías mayas dicen que la humanidad está a punto de ensayar la mirada del águila, del mismo modo que los egipcios hablaban del ojo de Horus, la expansión de la conciencia. Una visión coincidente con la de los indios Hopi, con los yoguis de la India. Todos mencionan que necesitamos ver con el ojo interior y su poder para comprender que el universo, que parece tan distante y ajeno, en realidad, está en la palma de la mano y responde a una sola Unidad.


Un proverbio dice que la vida del hombre es una línea entre dos puntos: un pasado que no recordamos y un futuro que no sabemos cómo será.

21 de diciembre de 2012, sólo una parte de la humanidad —la que expanda su visión interior y su capacidad de atravesar el gran portal dimensional— tendrá la posibilidad de conocer su origen y volver a mirar desde su interior hacia las estrellas…

Guillermo Ferrara

Libro, El Secreto de Adán.