El karma se refiere a los aprendizajes que tenemos que realizar como seres humanos, a través del dolor. El karma se desarrolla cuando nuestra vida se manifiesta en el plano de la tercera dimensión y nuestra consciencia no permite un desarrollo más elevado. El karma habita en un terreno propicio:
La adicción al sufrimiento (sentirnos víctimas). Algunas de las circunstancias que viven las parejas kármica tienen relación con la violencia física o psicológica, los triángulos amorosos, abusos de poder o relaciones de víctima/victimario. Estas relaciones están destinadas a crecer y evolucionar a través de muchas heridas y sufrimiento que posteriormente tendrán que sanar antes de tocar la Luz. Una parte es el espejo del otro.
Una relación kármica, refleja más que nada nuestra relación con nosotros mismos, para poder liberarla, antes tenemos que transformar el concepto que tenemos de nosotros mismos y crear amor hacia nosotros, para que de esa forma, pueda crearse una relación que pueda reflejarnos una mejor imagen de nuestra relación.
Una pareja kármica se relaciona a través de sus vacíos, buscando nutrirse de la energía del otro.
Cuando creamos relaciones partiendo de nuestros vacíos, lo hacemos carentes de energía propia, no tenemos nada que compartir, pues nada tenemos internamente, de esa manera, solo surge el egoísmo, pues para llenar nuestros vacíos responsabilizamos a nuestra pareja de nuestro bienestar, nuestra felicidad y hasta de nuestro sustento, delegando en ella, la responsabilidad que nos corresponde, le exigimos a otra persona, lo que no nos atrevemos a darnos a nosotros mismos. Cuando nos manifestamos a través del egoísmo, entonces nos estamos nutriendo de los demás, cada "si" de nuestra pareja, nos nutrirá de energía y cada "no" nos desvitalizará, partiendo de este esquema, surgirá entonces la necesidad de controlar buscando que solo se haga lo que queremos y con esto sentirnos bien, anulando con esto, la naturaleza y verdadera esencia de las personas que nos acompañan, anulando su identidad y viceversa, pues en la medida en que atamos nos atan y en la medida en que nos nutrimos de otros, se nutren de nosotros, de esta forma, creamos ataduras tan grandes y vacíos tan dolorosos, que resulta difícil avanzar. El amor, en la vieja energía, se manifiesta únicamente a través de sentimientos y emociones, siendo esta forma totalmente limitada, pues los sentimientos y emociones varían siempre. Así como la alegría y la tristeza no permanecen en nosotros siempre, de igual forma, el sentimiento del amor, no puede permanecer con nosotros por un tiempo prolongado. Los sentimientos cambian continuamente y desde este punto, es frágil fundamentar el amor. El amor basado en sentimientos y emociones, no es un amor de compromiso y responsabilidad, es un amor de dependencia y control, un amor que condiciona todo y juzga lo que no responde a sus expectativas.
El amor en la nueva vibración se manifiesta a través de la UNIÓN DE ENTEROS dispuestos a COMPARTIR. Busca la unión de complementos "El otro sabe, lo que yo no sé" por lo tanto, no se busca controlar ni cambiar a la persona, sino respetar su identidad y forma de expresión, pues de ambas diferencias, surge la Unidad.
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